Jimena es una mujer de 28 años, muy perfeccionista, con una alta empatía y muy reflexiva, pero a la vez se siente incomprendida por los demás. Ella es lo que conocemos como una Persona Altamente Sensible o PAS, una condición con la que ha aprendido a vivir gracias a la terapia psicológica.
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Caso Real : Persona Altamente Sensible o PAS
Siempre he sabido que era diferente a los demás. Cuando era pequeña, me cansaba muy rápido de jugar con las muñecas, ya que prefería estar con mi madre y ayudarle a hacer las tareas de casa. Siempre estaba preguntándole todo y me encantaba sentarme con los mayores y escuchar sus conversaciones.
En el colegio también me pasaba algo parecido porque no disfrutaba cuando mis amigas se ponían a hablar de temas banales, como ropa, chicos o chismes. Me sentía más cómoda hablando de alguna cuestión trascendental. A ellas también les gustaba y nos quedábamos hablando durante horas, pero esas charlas filosóficas siempre las iniciaba yo.
Siempre me he considerado muy amiga de mis amigas. Soy la consejera de mi grupillo y siempre acuden a mí para que les diga qué pueden hacer cuando tienen algún problema (aunque después, todo lo que aconsejo nunca me lo aplico en mi vida porque soy bastante insegura).
Pero cuando a alguna de ellas le ocurre algo malo, me lo tomo muy personal y llega a condicionar mi día. Por ejemplo, un día despidieron a Teresa del trabajo y no pude dormir en toda la noche. Cuando me desperté volví a llamarle, me preocupé por ella y le ayudé a mirar ofertas de trabajo, así como actualizar su CV.
Otro aspecto que siempre me ha inquietado es que me afectan mucho los estímulos exteriores, como los ruidos, la luz, los olores fuertes… Por eso, desde hace años duermo con tapones en los oídos, ya que cualquier sonido me despierta por la noche. También bajo todas las persianas antes de meterme en la cama para poder entrar en calma y dormir mejor.
Desde hace casi seis meses vivo con mi pareja, Mario, y él es totalmente al revés. Se podría decir que es como una piedra a nivel emocional. Nunca le he visto llorar y yo lo hago cada semana, incluso con los anuncios sentimentales de la TV. Pero no lo hago queriendo, enseguida me emociono con cualquier cosa.
Tengo una marca de ropa de niños desde hace un año y es como mi bebé. Me dedico a ella en cuerpo y alma. Lo que pasa es que me cuesta delegar y al final, acabo estando presente en miles de asuntos: fotografía, redes sociales, diseño… Tengo la ayuda de una amiga que se unió conmigo a este proyecto, pero me cuesta dejar que se encargue de ciertos temas. Me exijo mucho y eso me causa estrés.
Como soy emprendedora y autónoma, muchas veces me llevo el trabajo a casa y con él, toda mi ansiedad e inseguridades. Y eso lo paga mi pareja.
Un día tuvimos una gran discusión, en la que pensé que quizá íbamos a romper porque empezamos a sacarnos trapos sucios como nunca antes lo habíamos hecho. Todo comenzó cuando le dije que no sentía que él se preocupara por mí y él me dijo que sí lo hacía, pero a su manera, que no todos éramos como yo. También me dijo que necesitaba ayuda psicológica y en eso le di la razón.
Finalmente, nos calmamos y llegamos a un acuerdo, yo iría a terapia y él se esforzaría en abrirse más y en comprender mis problemas.
A las pocas semanas de esa charla, decidí buscar un psicólogo o psicóloga para entender qué me pasaba y cómo podía ponerle remedio. Fue durante la segunda sesión que me enteré de que mis características responden a las de una Persona Altamente Sensible (PAS) y sentí un profundo alivio. Con la terapia online que he descubierto en Menttum he encontrado una psicóloga que me ayuda y me da las herramientas que necesito para tener una vida más plena.
Cómo saber si eres una persona PAS
Las PAS o Personas Altamente Sensibles se caracterizan por tener un procesamiento sensorial más profundo que el resto. Y entre un 15 % y un 20 % de la población presenta este rasgo, según sus descubridores Elaine Aron y Arthur Aron.
¿Crees que eres una persona PAS?
Estas son algunas señales que se suelen dar:
· Adaptación más lenta a los cambios.
· Dificultad para soportar olores, sonidos y luces intensas.
· Gran desarrollo del sentido de la justicia.
· Perfeccionismo y buena vista para los detalles.
· Intensidad emocional.
· Gran sentido de la intuición.
· Empatía muy desarrollada.
· Aprecio por el tiempo para uno mismo.
· Facilidad para reír y llorar.
· Dificultad para decir «no».
· Manifiesto del estrés físico y emocional a través de la piel.
Este rasgo no es ninguna enfermedad ni patología. Por eso, si eres una persona altamente sensible y buscas un tratamiento para entender mejor cómo eres, te recomendamos que te apoyes en la terapia psicológica. Así, podrás aumentar tu autoestima, aceptarte como eres y conseguir todo lo que te propongas. ¿Buscas ayuda psicológica online? Regístrate en Menttum y pide tu primera cita.