Queremos explicarte de una forma precisa y práctica, todo lo que debes saber para perder la vergüenza y enfrentarte al mundo sin miedos. Descubre cómo perder la vergüenza y dejar de sentirte incómodo cada vez que necesitas mostrar quién eres.
La vergüenza está vinculada a la pena, la modestia, el rubor y también a la deshonra, el deshonor, a hacer algo fuera de la moral y lo establecido, parece ser normal sentirse así consigo mismo, pero no lo es.
La vergüenza puede denominarse como el sentimiento de incomodidad ante “lo que creemos que dirán o pensarás los demás” sobre nuestras propias acciones.
Sentimos tanto miedo a ser juzgados, por quienes nos rodean que preferimos negar nuestro propio ser, nuestras expresiones más genuinas y libres, nuestros sueños, anhelos, nuestras emociones de alegría o de tristeza, por solo suponer que la otra persona va a pensar que estamos “locos” que nos salimos de lo “normal” y que no merecemos tanto su compañía como su amor.
Está distorsión cognitiva la experimentamos en nuestra cotidianidad como el miedo a la humillación, nadie quiere ser humillado y es por eso que “debemos comportarnos y sentir vergüenza” sin importar que a la primera persona que le hace daño es a nosotros mismo.
El ser humano no nace siendo vergonzoso sino que se va «aprendiendo» con el tiempo y se ve construyendo manifestándose con timidez, rubor, sofocos, bochorno…
La realidad es que la vergüenza es producto de nuestros prejuicios, nos paraliza, nos cohíbe e impide realizar ciertas actividades por temor al qué dirán.
Contenidos
¿Cómo se siente la vergüenza en nuestro día a día?
Para perder la vergüenza ante situaciones sociales que nos paralizan es necesario reconocerla, por eso mostraremos algunas situaciones donde pueden estar presentes.
Nos da vergüenza mirarnos en el espejo y aceptarnos tal cual somos, al vernos solo nos enfocamos en lo que creemos que no se ve bien.
Nosotros somos los primeros en juzgarnos y criticarnos haciéndonos sentir vergüenza por ello.
Es común cuestionarnos :
¿Por qué dije eso?
¡Qué ridícula/o fui!
¡Que tonto al no darme cuenta!
¿Por qué eres así? ¡Qué vergüenza!
No ponemos en marcha ideas que tendemos a pensar que no van a gustar a los demás y terminamos sintiendo que vamos a quedar mal y hacer el ridículo.
Sentimos vergüenza en asumir nuestra realidad y por eso nos mostramos en redes sociales con filtros y solo una parte maquillada de nuestra vida.
Así cómo actualmente existen redes sociales que propician la inhibición y facilitan la expresión abierta de situaciones y pensamientos, también existen personas con grandes prejuicios que realizan comentarios negativos con la finalidad de avergonzar y en el fondo estás personas se sienten tan avergonzadas de sí mismas que necesitan descargar su enojo interno con otras.
¿Por qué nos da vergüenza?
Nos da vergüenza expresar nuestros sentimientos más profundos.
Nos da vergüenza decir que no cuando no queremos hacer algo.
Nos da vergüenza vestirnos como queramos.
Nos da vergüenza decirles a nuestros familiares nuestras propias creencias y deseos.
En conclusión, nos da vergüenza ser nosotros mismos.
Podemos sentir vergüenza por el sentimiento de vulnerabilidad y exposición que nos causan ciertas situaciones, el miedo al rechazo, miedo a hacer el ridículo, miedo a ser criticado y juzgado, si profundizamos un poco más nos encontramos con las siguientes causas:
- Personalidad introvertida con rasgo de timidez excesiva.
La timidez es un rasgo de personalidad vinculado al sentimiento de vulnerabilidad, una persona con una timidez excesiva se frena a situaciones de exposición, se cohíbe a relacionarse abiertamente y no se permite conocerse en distintos ámbitos por miedo a la exposición.
- Creencias Limitantes.
En la niñez no nos enseñan a cuestionar lo que aprendemos, tampoco nos muestran el por qué lo aprendemos, por eso crecemos y nos convertimos en adultos con un acumulo de creencias que nos limitan porque en nuestra consciencia no existe el cuestionamiento.
Día a día vivimos con creencias que nos hacer pensar que no somos capaces, no las analizamos ni ponemos a prueba, la mayoría de ellas son negativas hacia nosotros mismos tan arraigadas que son difíciles de reconocer.
- Miedo social.
El miedo social se vincula a la vergüenza por el sentimiento de vulnerabilidad, los prejuicios y las credenciales limitantes que distorsionan la realidad.
- Entorno familiar lleno de prejuicios.
En la infancia estamos abiertos al aprendizaje, nuestros padres y familiares que tienen más tiempo en este mundo nos enseñan a cómo vivir, si en un núcleo familiar opera la crítica constante y los prejuicios, vamos a crecer pensando que ese modelo es lo correcto y que todas las personas son prejuiciosas como nuestra familia y vamos a sentir miedo y vergüenza de ser juzgados.
- Experiencia traumática.
Las vivencias, los sucesos donde fuimos sometidos a burla y crítica causan un impacto psicológico negativo si no es tratado por un especialista, ocasionando repercusiones en nuestra personalidad manifestando en el futuro la vergüenza como mecanismo de defensa.
Tipos de Vergüenza
Seguramente no sabías que existían varios tipos de vergüenza, queremos mostrarte y explicarte en que consisten:
- Emocional: demostrar sentimientos parece un gran reto, sentimos miedo a que no ser correspondidos y terminar heridos, está vergüenza no solo ocurre en el ámbito amoroso, sino que está presente en el amor familiar y fraternal.
- Por exposición: el miedo a la burla y a la crítica hacen que está vergüenza aparezca en situaciones dónde debemos mostrarnos, no queremos ser descubiertos y humillados.
- Por expectativas: las expectativas del futuro nos hacen vivir fuera del presente, imaginamos un mundo ideal antes de vivir ciertas situaciones y terminamos desilusionados de nosotros mismos, sintiendo vergüenza interna.
- Por rechazo social: el miedo a ser excluido de un grupo social, a no pertenecer, a ser rechazado por tu entorno genera vergüenza y malestar interno.
- Por los demás o ajena: se manifiesta cuando nos sentimos apenados por las actitudes o acciones de otras personas, por su ropa, su tono de voz, su forma de hablar.
¿Cómo perder la vergüenza?
Para perder la vergüenza debemos entender que nuestros pensamientos e ideas son cambiantes, no somos los mismo que cuando éramos niños ni adolescentes, no somos los que éramos el día de ayer, es por eso que debemos estar dispuesto a no aferrarnos a ideas que limitan nuestro desarrollo, es importante:
- Aceptar que no somos perfectos: somos seres humanos, nos equivocamos y aprendemos de ellos, ya debemos dejar de juzgarnos cuando lo hacemos y evitar evadir buscando culpables.
- Aceptar nuestros errores nos hace libres, reconocer de nuestros defectos nos convierte en seres sinceros con nosotros mismos.
- Establecer y cumplir objetivos: nos desafía a mejorar, salir de nuestra zona de confort para darnos cuenta de lo que podemos ser capaces y lograr ese reconocimiento interno que tanto nos hace falta.
- Sé empático con los demás: juzgar a otros hace que tengas miedo a ser juzgado igual, si empezamos a comprender el porqué de las acciones de los demás, aprenderás a reconocerte y hacer un cambio en tu entorno.
- Tu autoestima es sumamente importante: el aprecio, el valor, la confianza en nosotros es primordial para generar un cambio significativo, si tú internamente no te juzgas, no le vas a dar importancia cuando otros lo hagan.
- Sal de tu zona de confort y exponte: nos sentimos “cómodos” evitando el cambio, nos da miedo lo desconocido incluso en nosotros mismos, ¿Cómo de malo puede hacerte sentir algo distinto y nuevo solo por sentir un poco de vergüenza? Esto no acabará con tu vida, anímate a realizarlo y arriesgar.
Recuerda:
Tú eres la única persona que puede generar un cambio en ti mismo
Si te ha sido útil este artículo puedes seguir leyendo ¿Qué es y cómo actuar con una persona PAS o persona altamente sensible?