«No sabía cómo ayudar a mi hija con anorexia»

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Rebeca es una madre de 55 años, cuya hija sufre anorexia. Después de observar ciertos comportamientos, como una clara obsesión por adelgazar, comer menos y evitar salir a restaurantes con sus amigas, supo que algo estaba pasando por su mente y decidió pedir ayuda psicológica y médica para su hija.

Caso Real : Ayudé a mi hija con anorexia

«Me gustaría explicar cómo se vive la anorexia desde el punto de vista de una madre, ya que creo que mi testimonio puede ayudar a muchos otros padres.

Mi hija Elena siempre ha disfrutado mucho de la comida. Recuerdo como desde pequeña me pedía que hiciéramos magdalenas, galletas y bizcochos. Le encantaba el chocolate, las gominolas y salir a comer hamburguesas, al fin y al cabo, como a cualquier niño. 

Fue en el verano de 2015, cuando ella tenía 15 años, que empecé a notar cambios en sus hábitos de alimentación. En nuestra casa, después de cenar a mis hijos les gusta acabar con un poco de leche con cereales, lo hacen desde pequeños y les encanta. Pero un día me fijé que Elena dejó de hacerlo porque, según dijo, era una mala costumbre.

Después de eso, empecé a observar como también se servía menos comida en el plato, ya no repetía y había veces no cenaba porque decía que había merendado tarde con sus amigas

Además, un sábado me levanté por la madrugada porque escuché unos ruidos y me encontré con Elena en la cocina comiendo un sándwich y al lado tenía una bolsa de patatas fritas. Ella se quedó de piedra y me dijo que se había despertado del hambre y que tenía que comer. Ahí fue cuando empecé a pensar que algo malo estaba pasando.

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La verdad es que ya no sabía qué pensar… ¿Algunos días se quedaba sin comer y otros de repente se levantaba para darse atracones? La situación cada vez parecía empeorar. Lo hablé con amigas mías que también se asustaron mucho y me dijeron que ellas creían que se trataba de un caso de anorexia. 

Empecé a bucear por Internet y claro, me puse en lo peor. Encontré que mi hija seguía muchos patrones de conductas, pero otros no. Quería hacer algo y no sabía por dónde empezar, hablar con ella era una opción, pero ¿y si se alejaba?

Como hacía semanas que veía que no se ponía su ropa de siempre y estaba optando por prendas más anchas, le dije que podíamos ir de compras y tener una tarde de chicas. 

Al principio la idea no le gustó mucho, pero después accedió. Ahora creo que lo hizo por no darme más motivos de sospecha, ya que se compró ropa que después no se puso jamás. Un día le pregunté por qué no se ponía esas prendas nuevas, pero me dijo que sí lo hacía, pero que últimamente se llevaba más la ropa anchita, cosa que no veía esa tendencia en sus amigas. 

El día en el que más me preocupé fue cuando pillé a mi hija haciendo deporte en su habitación a escondidas. Eran las 11 de la noche y ya se había despedido para irse a dormir. Pero vi una luz tenue, abrí la puerta y la vi haciendo una tabla de ejercicios. Como no se enteró porque estaba de espaldas, cerré la puerta y le conté lo que había visto a mi marido.

Entre los dos decidimos buscar ayuda, ya que sabíamos que se estaba obsesionando con su cuerpo y teníamos que hacer algo al respecto. Además, al día siguiente vi en su móvil una serie de collages donde aparecía el antes y el después de varias zonas de su cuerpo. Me sorprendió ver el cambio porque con su ropa nadie lo había notado aún. 

Ese mismo día me puse a investigar y decidí ponerme en manos del equipo de psicólogos de Menttum. Primero quise probar cómo eran las sesiones y junto con mi marido, buscamos apoyo para entender la situación y poder afrontar esta situación. 

Al final, como presentíamos todos, los médicos le detectaron anorexia. Sé que todo este proceso aún no se ha acabado y que va para largo, pero siento que hemos optado por el camino correcto. 

La parte positiva es que hemos conseguido detectar la enfermedad en una fase temprana, algo que me motiva a pensar que se podrá curar pronto. Además, también está asistiendo a sus sesiones con una psicóloga de Menttum, que por ahora le está encantando.

A todos los padres y madres que se encuentren en una situación similar, les diría que yo tampoco sabía cómo ayudar a mi hija con anorexia, pero con apoyo psicológico y médico podrán ver la luz al final del túnel».

¿Qué puedes hacer si crees que tu hijo o hija tiene anorexia?

La anorexia es un trastorno alimentario que se caracteriza por una obsesión con la delgadez y un miedo intenso a ganar peso. Las personas que sufren esta enfermedad tienen una imagen distorsionada de sí mismas y como resultado, suelen tener una ingesta alimentaria muy restringida y hacer ejercicio excesivo para controlar su peso. 

La anorexia puede tener graves consecuencias para la salud, incluyendo la pérdida de peso grave, desnutrición y problemas cardíacos. Por ello, si te preguntas cómo ayudar a una persona anoréxica, lo mejor es buscar ayuda médica y psicológica.

Esta enfermedad no entiende de géneros y, aunque es más frecuente en chicas, también existen chicos con anorexia, por lo que es importante detectar esta enfermedad tan pronto se empiezan a detectar los primeros Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA).

En Menttum tenemos un equipo de psicólogos online dispuestos a darte el apoyo que necesitas. Si necesitas ayuda, puedes registrarte en nuestra página.